Mes: enero 2011
Frida Kahlo
Ícono de la pintura del siglo XX. Su obra ha sido elogiada en México como emblemática de las tradiciones indígenas y nacionales, y por feministas, debido a su retrato intransigente de la experiencia y la forma femeninas.
Su nombre completo, Magdalena Carmen Frieda Kahlo y Calderón. Frida nació en el barrio de Coyocoán en Ciudad de Méjico. Hija de un fotógrafo alemán, de ascendencia húngara judía, Guillermo y Matilde de origen español e indígena. Frida vivía en la Casa Azul con sus dos hermanas mayores y su hermana menor. A los seis años contrajo poliomielitis, lo que la postró durante nueve meses. La enfermedad le dejó una renguera que no evitó que Frida fuera una niña varonil, lo que la convirtió en la favorita de su padre. Para promover su recuperación su padre la estimuló a que jugara al fútbol, nadara e incluso hiciera lucha libre, inusual para una niña de esa época.
En 1922, Frida fue una de las pocas niñas matriculadas en la prestigiosa Escuela Nacional Preparatoria y pronto se hizo conocer por su espíritu jovial. Cuando Diego Rivera fue a trabajar en un mural en la escuela, quedó fascinada por el muralista mejicano. Dicen que incluso le comentó a una amiga que un día tendría un hijo con él. Durante esa época tomó clases de grabado.
En la escuela Frida se relacionaba con otros estudiantes con ideas políticas similares, sobre todo con Alejandro Gómez Arias, con quien tuvo un romance. El 17 de setiembre de 1925, Kahlo y Gómez viajaban en el ómnibus donde sufrió el accidente que marcaría su vida personal y artística. Al chocar con un tranvía, un tubo le atravesó la cadera quebrándole la pelvis y dejándola incapaz de dar a luz. Sería al cabo de varios abortos que Frida aceptaría este hecho en su vida. La columna vertebral se le había partido en tres lugares, además de la pierna y el pie derechos, tres costillas y la clavícula.
Luego de pasar varias semanas en el hospital de la Cruz Roja regresó a casa donde sobrellevaría una larga recuperación. Fue entonces cuando comenzó a pintar, completando su primer autorretrato, que regaló a Gómez Arias, un año después.
Ya recuperada, Frida se inscribió en la Liga de la Juventud Comunista y el Partido Comunista de México y retomó su actividad política.
En 1928 volvió a encontrarse con Rivera, a través de su amiga la fotógrafa y revolucionaria, Tina Modotti. El matrimonio de Rivera acababa de desmoronarse. Durante sus encuentros descubrieron su gran afinidad, ambos militantes comunistas. Rivera también la estimula a pintar. Es así que comienzan una relación amorosa. La pareja se casa al año siguiente, Frida con 22 años y Rivera con 43. Khalo diría más tarde: “Tuve dos accidentes graves en mi vida. Uno fue el del tranvía…el otro fue Diego”
Durante sus primeros años juntos, Frida acompañó a Rivera en sus muchas comisiones. Pero la situación política en Méjico cambió con la llegada del gobierno reaccionario de Calles. Las ideas de izquierda se disiparon y con ellas el programa de murales iniciado por el anterior Ministro de Educación, José Vasconcelos. Con el creciente respeto por el trabajo de Rivera en EE UU, en 1930 se mudaron a San Francisco, donde Frida exhibió su obra Frieda y Diego Rivera. En 1931 se mudaron a Nueva York, donde Rivera expuso en el Museo de Arte Moderno. Hasta el momento Frida era una encantadora añadidura al famoso Rivera, pero pronto cambiaría.
En 1932, sufrió un aborto en Detroit. A raíz pintó Aborto en Detroit, el primer retrato de gran significancia. Su estilo, totalmente diferente al de su marido, se apoyaba en el arte popular de los retablos mejicanos.
Rivera diría de su trabajo: “Frida ha comenzado a trabajar en una serie de obras maestras sin precedentes en la historia del arte. Pinturas que exaltan la cualidad femenina de la verdad.”
Khalo no demoró en detestar los Estados Unidos. Cuando finalmente regresaron a México en 1935, Rivera, que nunca le había sido fiel a ninguna mujer, tuvo un amorío con su hermana menor, Cristina. A pesar de haber sido un golpe tremendo, que cambiaría la relación de la pareja, Khalo se lanzó a una serie de amoríos con hombres y mujeres, incluido León Trotsky.
En 1938, el éxito de Khalo en su exposición en la Julian Levy Gallery de Nueva York fue rotundo. Con elogios de Kandinsky, Picasso y Duchamp, aunque ella los llamó “esta banda de lunáticos surrealistas hijos de puta”. Sin embargo, aceptó participar en la Exposición Internacional de Surrealismo en México. Más tarde afirmaría “Pensaron que yo era surrealista, pero no. Nunca pinté sueños. Pinté mi propia realidad.”
En 1940, Frida y Rivera se divorciaron y meses más tarde volvieron a casarse. La reputación artística de Kahlo continuó creciendo, primero en EE UU y luego en México. Participó en varias exposiciones colectivas del Museo de Arte Moderno, el Instituto de Artes Contemporáneas y el Museo de Arte de Filadelfia. El gobierno mejicano le otorgó un premio durante la Exposición Nacional Anual. Un critico escribió: “Es imposible separar la vida y la obra de esta mujer extraordinaria. Sus cuadros son su biografía.”
También dio clases en la escuela de arte experimental La Esmeralda. La salud de Khalo comenzó a deteriorase con las muchas operaciones que sufrió a partir de 1944. En 1959 Khalo fue internada en el hospital de México donde permaneció durante un año.
Al salir del hospital, Frida participó en el movimiento comunista con renovado fervor, mientras que Rivera había sido expulsado del partido debido a sus vínculos con el gobierno y su asociación con Trotsky.
En 1953, Frida fue invitada por primera vez a presentar una exposición individual en Méjico, la única en toda su vida. Se realizó en la Galería de Arte Contemporáneo. Aunque parecía que Frida estaba demasiado enferma para asistir, Frida llegó en una ambulancia y entró en la sala en una camilla para esta exitosa y única ocasión.
El mismo año, amenazada por la gangrena, le amputaron la pierna derecha por debajo de la rodilla. Aunque fue un golpe tremendo, aprendió a caminar con una pierna artificial e incluso con la ayuda de calmantes, bailó en fiestas con sus amigos.
En julio de 1954, hizo su última aparición en público, durante la manifestación comunista contra el derrocamiento del presidente guatemalteco de izquierdas Jacobo Arbenz. Pocos días después, murió en la Casa Azul mientras dormía, resultado de una embolia. Rivera moriría tres años más tarde. La última anotación en el diario de Frida dice “Espero que el fin sea feliz. Espero no regresar. Frida.”
En palabras de Angela Carter
“La materia prima era ella misma. Las heridas nunca cicatrizaron. La expresión en su rostro, inalterable en el transcurso de los años, en su estoicismo enigmático, para mostrar sus heridas como una mártir. La mujer que enterraba una peineta en el cuero cabelludo, con lo que una amiga llamó “masoquismo coqueto”, conocía bien el dolor físico. Y luego de su divorcio de Rivera, la vemos retratada con el pelo corto y los mechones desparramados por el piso, como si finalmente se hubiera deshecho de una mascota desagradable y difícil. Cuando estaba bien, pintaba la rareza del mundo hecho imagen. Su rostro, sus amigos, un bol de fruta, flores, el sol, un niño muerto. “Viva la vida” escribió en su última pintura, cuando estaba a punto de morir.”
Su marido, Diego Rivera dijo de ella “Frida es el único ejemplo, en la historia del arte, de un pintora que abre su pecho y su corazón para revelar la verdad biológica de sus sentimientos”.