Olive Schreiner

 

     24/03/1855 –  11/12/1920

Una de las grandes figuras del feminismo occidental. Pacifista y activista política sudafricana. Luchó por los derechos de los negros y las mujeres. Conocida por su novela La historia de una granja africana, aclamada por la manera de tratar los temas de la época como el agnosticismo y el trato a las mujeres.

Olive Emilie Albertina Schreiner recibió sus tres nombres de tres hermanos mayores que habían muerto antes de ella nacer. La novena de doce hijos de una pareja de misioneros en Sudáfrica. Aunque un buen hombre, su padre era poco práctico y fue su madre quien se dedicó a la educación y la disciplina de sus hijos cuando niños. Su padre no lograba conservar sus trabajos y se vio forzado a montar su propio negocio. Al año quebró y su familia cayó en la más absoluta pobreza.

Olive no permaneció en la casa paterna por mucho tiempo. Cuando su hermano mayor fue nombrado director de la escuela de Cradock en 1867, Olive fue a vivir con él con dos de sus otros hermanos. Asistiendo a la escuela, por primera vez recibió la educación adecuada. Aunque sus padres y sus hermanos eran religiosos, Olive rechazó el cristianismo por considerarlo infundado, lo que causó muchas discusiones en la familia.

Cuando sus hermanos dejaron Cradock para ir a las minas de diamantes Olive decidió trabajar como institutriz. Camino a su primer trabajo en Barkly East, Olive conoció a Willie Bertram, con quien compartía la misma opinión sobre la religión y quien le prestaría el libro Primeros principios de Herbert Spencer. Este texto tendría un impacto profundo en ella, ya que Spencer desechaba los credos y las doctrinas pero creía en un absoluto más allá de la comprensión humana. Su creencia, basada en la unidad de la naturaleza y un universo teológico, fue adoptada por Olive en su deseo de encontrar una moral libre de dogmas religiosos.

Olive viajó de un lugar a otro trabajando como institutriz con varias familias. En varias ocasiones tuvo que dejar a las familias debido al acoso sexual de sus empleadores. Luego de un corto compromiso, regresó a vivir con sus padres y luego con sus hermanos. Olive era una lectora asidua y pronto comenzó a escribir. La situación económica de sus hermanos se deterioró debido a la creciente dificultad de encontrar diamantes. Olive no tuvo alternativa que retomar su vida nómada entre casas y ciudades, hasta que brevemente regresó a casa de sus padres en 1874. Fue allí que tuvo su primer ataque de asma que la acosaría por el resto de su vida.

Debido a la precaria situación económica de sus padres, Olive se vio forzada a continuar trabajando para mantenerlos. Trabajó como institutriz en varias granjas, donde se inspiró para Historia de una granja africana (1883) que publicaría con el seudónimo de Ralph Iron. Sin embargo, la ambición de Olive no era escribir. Siempre había querido ser médica, pero nunca había tenido los medios para estudiar la carrera. Decidió, entonces, seguir la carrera de enfermería, ya que podría estudiar gratis. En 1880, usó sus ahorros para solicitar el ingreso al Hospital de Enfermería de Edimburgo, Escocia. En 1881 viajó a Southampton y una vez allí su sueño llegaría a su fin, debido a la precariedad de su salud que le impediría estudiar. Por fin se vio obligada a aceptar que debía contentarse con escribir. Igualmente, no renunció a su pasión de sanar las enfermedades sociales, y así lo hizo con su pluma.

Debido a su novela historia sobre la vida en una granja africana, entabló una larga amistad con el conocido sexólogo Havelock Ellis, quien la apoyó de manera genuina. Al conocerlo personalmente en 1884, la llevó a una reunión de la Organización progresiva, un grupo de libre pensadores, al que más tarde se uniría entre otras. En diversas organizaciones insistía en la importancia de la igualdad de la mujer y la necesidad de considerar al hombre en el tema de las relaciones de género. Sin embargo, sus propias relaciones con los hombres nunca fueron felices.

En 1886, dejó Inglaterra para viajar entre Suiza, Francia e Italia antes de regresar a Inglaterra. Durante esta época fue increíblemente productiva principalmente con el nuevo libro De hombre a hombre.

En 1889, Olive regresó a Ciudad del Cabo. Su regreso a casa le trajo cierta sensación de alienación y al mismo tiempo de gran afinidad con la tierra. En un esfuerzo por volver a crear una conexión con su país, se involucró en política y escribió una serie de artículos sobre la tierra y la gente, publicados póstumamente bajo el título Pensamientos sobre Sudáfrica.

Olive luchó contra la ley que permitía que los sirvientes negros pudieran ser azotados por ofensas menores. Durante su activismo, conoció a Samuel Cronwright, granjero activo políticamente de quien se enamoró. Durante una visita breve a Inglaterra en 1893, conversó con sus amigos sobre la posibilidad de casarse con él, debido a su temor de que el matrimonio pudiera restringirla. Pronto dejaría sus dudas de lado y contraería matrimonio en 1894.

Los años que siguieron fueron difíciles e inestables. La salud delicada de Olive forzaron al matrimonio a mudarse constantemente. Con el agravante de que su primera y única hija moriría al día siguiente de nacer. Esta pérdida se hizo aun más dolorosa con la secuencia de abortos naturales que sufrió.  Olive consiguió encontrar consuelo en su trabajo que la apartó de su familia y las personas a su alrededor, dejándolo sola durante este período de su vida.

En 1898, la pareja se mudó a Johannesburgo por razones de salud. Olive y su marido eran considerados los campeones de la causa republicana ante la guerra inevitable entre los boers y el Reino Unido. Olive intentó persuadir a los oficiales sudafricanos de que evitaran la guerra. Al no conseguirlo intentó abrir los ojos al público inglés sobre la realidad de la situación. Aunque tampoco tuvo éxito, durante la guerra, Olive continuo defendiendo los intereses de los boers y luchó por la paz. Lo hizo, a pesar de su salud física y la presión psicológica, ya que en su momento fue ridiculizada. Como distracción retomó su trabajo con el libro La mujer y el trabajo, su mejor expresión de la defensa de la igualdad de género y el socialismo.

Los últimos años en la vida de Olive estuvieron marcados por la enfermedad y su creciente aislamiento. Igualmente, continuó dedicada a la política y decidida a favorecer una nueva constitución en la que tanto los negros como las mujeres tuvieran mayores derechos. En 1907 se unió a la Women Enfranchisement League de la que fue vicepresidenta. Más tarde le retiraría el apoyo cuando otras delegaciones quisieron excluir a la mujer negra del voto.

Cuando finalmente se publicó La mujer y el trabajo en 1911, Schreiner estaba gravemente enferma. Su asma se agravó convirtiéndose en ataques de angina. Dos años después, se embarcó sola a Inglaterra para recibir tratamiento. Allí se vio atrapada con el estallido de la Primer guerra mundial. Su interés principal era la paz. En contacto con Gandhi, comenzó un libro sobre la guerra, abreviado y publicado bajo el título Los albores de la civilización. Fue su último libro.

Al finalizar la guerra, regresó a Ciudad del Cabo, donde murió mientras dormía en una pensión. Luego fue enterrada en Kimberly. Luego de la muerte de su marido, se exhumaron sus restos para trasladarlos junto a los de su bebé, su perro y su marido a la montaña de Buffelskop.

Tras un período de olvido, fue revalorizada y hoy es considerada una de las máximas voces del pensamiento radical y feminista, así como la fundadora de la tradición literaria sudafricana.

“Los hombres son como la tierra y nosotras como la luna. Siempre les mostramos un lado y creen que no hay otro, porque no lo ven. Pero allí está.” O.S.

“Los problemas de los jóvenes terminan pronto y no dejan marca externa. Si lastimas a un árbol cuando es joven, la corteza pronto cubrirá la herida. Pero cuando el árbol es viejo, si pelas la corteza y miras con cuidado, allí verás la cicatriz. No todo lo que está enterrado está muerto.” O.S.