Amelia Earhart

Amelia Earhart    24.07.1897 – 2.07.1937

 

Amelia Earhart fue la primera aviadora que cruzó el Océano Atlántico y la primera que atravesó el Atlántico y el Pacífico sola. También quebró varios records de altura y velocidad en vuelo. A pesar de estos records, se la recuerda principalmente por su desaparición, que se convirtió en uno de los grandes misterios del siglo XX.

 

Amelia Mary Earhart nació en la casa de sus abuelos maternos en Atchison, Kansas. En 1899, sus padres Edwin y Amy tuvieron otra hija, Grace Muriel. Amelia pasó gran parte de su niñez en casa de sus abuelos durante los meses escolares y luego pasaba los veranos con sus padres. Los primeros años de su vida estuvo expuesta a grandes aventuras al aire libre, combinadas con las lecciones de etiqueta habitual para una niña de clase media alta de la época.

Luego de una visita a la Feria Mundial de St. Louis en 1904, Amelia decidió que quería construir su propia montaña rusa en el jardín. Con la ayuda de su hermana lo construyó sobre el techo del taller de herramientas de la casa, usando tablones, una caja de madera, y grasa. Amelia fue la primera en lanzarse, lo que concluyó en un choque y varios moretones.

En 1908, Edwin Earhart había cerrado su despacho jurídico y fue a trabajar para una línea ferroviaria en Iowa, por lo que Amelia se mudó con sus padres. Ese mismo año, la llevaron a una Feria donde Amelia, con diez años, vio un avión por primera vez, aunque no mostró ningún interés.

Al principio, la vida parecía ir bien para la familia, pero muy pronto fue evidente que Edwin había comenzado a beber demasiado. Cuando su alcoholismo se agravó, Edwin perdió su trabajo y no consiguió otro.

En 1915, con la esperanza de un nuevo trabajo con la línea ferroviaria Great Northern en St. Paul, Minnesota, la familia se mudó inmediatamente, aunque al llegar la oferta de trabajo no se produjo. Cansada del alcoholismo de su marido y debido a los problemas económicos cada vez más serios, Amy se mudó con sus hijas a Chicago, dejando a Edwin en Minnesota. El matrimonio finalmente se divorció en 1924.

Amelia terminó la escuela secundaria en 1916 en Chicago y luego ingresó en Ogontz School en Philadelphia, pero lo dejó para cuidar a los soldados que regresaban de la Primera Guerra Mundial y a las víctimas de la epidemia de gripe de 1918.

No fue hasta 1920 que Earhart desenvolvió un interés por los aviones a los 23 años. Durante una visita a su padre en California, fue a un festival aéreo y las pruebas aéreas que presenció la convencieron de que quería aprender a volar.
Tomó su primera lección de vuelo el 3 de enero de 1921. De acuerdo con sus instructores Earhart no tenía habilidad natural para pilotar un avión. Sin embargo, con esfuerzo y una pasión profunda, Earhart recibió su certificado como piloto de aviación de la Federación Aeronáutica Internacional el 16 de mayo de 1921, un gran logro para cualquier piloto de la época.

Sus padres no podían pagarle las lecciones, de modo que Earhart trabajó para pagarlas. También ahorró dinero para comprarse su propio avión, un pequeño Kinner Airster al que llamó el Canario, con el cual quebró el record de altitud en octubre de 1922, para convertirse en la primera mujer que alcanzara los 4.300 metros en un avión.

En 1927, Charles Lindbergh hizo historia al convertirse en la primera persona que cruzó el Atlántico en un vuelo ininterrumpido de EEUU a Inglaterra. Un año después, el 17 de junio de 1928, Earhart cruzaría el Atlántico con dos copilotos, con un Fokker F7 llamado Amistad, desde Terranova a Inglaterra

Luego de 20 horas y 40 minutos en el aire, aterrizaba en el sur de Gales. La prensa le puso el apodo de “Lady Lindy” debido a Lindbergh. Earhart publicó un libro sobre su experiencia. Poco tiempo después Amelia voló en solitario de un extremo al otro de Estados Unidos, también primera vez en la historia.

El 7 de febrero de 1931 Earhart se casó con George Putnam. Junto con otras aviadoras, Amelia fundó una organización internacional para pilotos mujeres, siendo su primera presidenta. Se llamó las Ninety-Niners, porque comenzó con 99 miembros. Aún hoy representa y brinda apoyo a las pilotos. En 1932 publicó un segundo libro sobre sus logros, The Fun of It.

Habiendo Ganado varias competiciones y pilotado en varios espectáculos aeroes, Earhart comenzó a buscar un desafío mayor. En 1932 decidió volar en solitario cruzando el Atlántico, despegando de Terranova el 20 de mayo en un pequeño Lockheed Vega.

Fue un viaje peligroso, debido a las densas nubes, la neblina y el hielo que cubría las alas del avión. El avión también comenzó a perder combustible y el altímetro dejó de funcionar, de modo que Earhart no tenía idea a qué distancia del océano estaba. Así fue que Earhart aterrizó en un campo de ovejas en Irlanda el 21 de mayo de 1932, convirtiéndose en la primera mujer que atravesaba el Atlántico sola y la primera que lo hacía dos veces.

A raíz de ello, firmó para otro libro, y fue recibida por cabezas de estado, dando conferencias en todo el mundo. Luego de realizar el primer vuelo cruzando el Pacífico en 1935, Earhart decidió volar la vuelta al mundo. Un equipo de la fuerza aérea lo había logrado en 1924 y el piloto Wiley Post había volado alrededor del mundo en 1931 y 1933. Amelia quería volar cerca del Ecuador para cruzar el planeta en el punto más ancho, no como en vuelos anteriores sobre el Polo Norte donde la distancia es más corta.

La preparación fue difícil e implicó un largo proceso de gran costo. Debían instalar tanques de combustible adicionales, equipo de supervivencia, instrumentos científicos y un radio súper avanzado. Una prueba en 1936 terminó en un accidente que destruyó el tren de aterrizaje del avión.

Earhart y su navegador, Frank Noonan, planeaban el itinerario mientras reparaban el avión. El punto más difícil era aterrizar en Howland, una pequeña isla de coral a 2.700 km de Hawaii para reabastecer combustible, debido a la poca visibilidad de la isla desde el aire. Earhart decidió llevar una antena de radio más liviana pero menos potente en mal tiempo, para aligerar el peso.

El 21 de mayo de 1937, Amelia Earhart y Frank Noonan despegaron de Oakland, California. El avión aterrizó primero en Puerto Rico y luego en varios lugares del Caribe antes de dirigirse a Senegal. Cruzaron África y luego fueron a Indonesia, Nueva Guinea, donde se prepararon por el tramo más duro del viaje, el aterrizaje en la isla de Howland. Earhart retiró los paracaídas para facilitar el bajo consumo de combustible. Revisaron el avión varias veces, pero ambos estaban cansados habiendo viajado durante un mes sin parar.

El 2 de Julio de 1937, salieron de Nueva Guinea y durante las primeras siete horas, mantuvieron contacto por radio. Luego, mantuvieron contacto intermitente con un barco de guardia costero, el Itsaca, que patrullaba las aguas. Sin embargo, la recepción era débil y los mensajes se perdían o eran confusos.

Dos horas antes de la llegada prevista a Howland, el Itsaca recibió un mensaje confuso que indicaba que Earhart y Noonan no divisaban ni el barco ni la isla y casi no tenían combustible. La tripulación del Itsaca intentó enviar señales de humo negro pero el avión nunca apareció. Nunca más se supo de ellos.

El misterio no ha sido resuelto. En 1999 arqueólogos británicos dicen haber encontrado artefactos en una pequeña isla del Pacífico que contenían ADN de Earhart, pero la evidencia no es conclusiva. Cerca del ultimo lugar conocido por el que pasó el avión de Earhart, el océano tiene profundidades de hasta 5.000 metros. Si el avión se hundió a esas profundidades tal vez nunca pueda recuperarse.

Los niños perdidos de Valeria Luiselli

Los niños perdidos                                                                                              Valeria Luiselli

 

Decenas de miles de niños cruzan la frontera de México y son detenidos en Estados Unidos. Niños y niñas de Guatemala, El Salvador, Honduras.

¿Qué será de sus vidas? ¿Por qué se han embarcado en un viaje que puede costarles la vida? ¿Por qué han elegido los Estados Unidos? ¿Qué pueden esperar?

Valeria Luiselli nos presenta en su estremecedor ensayo Los niños perdidos (Un ensayo en cuarenta preguntas) extraídas del cuestionario de admisión para niños indocumentados que cruzan solos la frontera. Las respuestas junto con su lúcido y reñido análisis retratan una realidad devastadora.

Un ensayo esencial para entender el modelo inmigratorio estadounidense, las nociones y actitudes de la población hacia el inmigrante y las consecuencias dolorosas de ambos.

 Un libro esclarecedor, humano y que invita a una reflexión honesta y profunda.

Alejandra Guibert

Entrevista: EME (Escritura de mujeres en español)

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Nuria Ruiz de Viñaspre, poeta y editora de EME, nos habla de la valentía de una colección de poesía escrita por mujeres, dado que los libros más reseñados responden al perfil de escritor blanco y hombre.

La visibilidad del talento femenino en la literatura sigue siendo una lucha y sobre todo cuando se trata del género poético.

Para ello nos habla del proceso que Foucault llamaría de normalización.

¡Es un artículo imperdible! No dejen de leerlo usando este enlace:

Entrevista en Correo de Andalucía

¿Quién le hacia la cena a Adam Smith?

 

¿Quien le hacia la cena a Adam Smith?       La falta de toma de conciencia, paralizada e impedida a través de los siglos, es tal que esta pregunta surge nueva, como si hasta ahora nunca hubiera sido posible, como una enorme epifanía literaria que finalmente ilumina el pasado y el camino futuro.

Una pregunta simple, en boca de una mujer quien la descubre como una aguja en un pajar, el del patriarcado que en su inmensidad la mantiene escondida, aguda y profunda. Un aguja de oro que perfora todo razonamiento rancio encerrado dentro de este pajar denso, compacto y seco.

Katrine Marçal encuentra esta aguja dorada y nos la presenta en bandeja de plata junto a este magnífico libro, llevándonos con soltura dentro de un texto entre irónico y contemporáneo, pero ajustándose con rigor a un marco socio-económico para develarnos los falaces supuestos sobre los que se sostienen los conceptos y teorías económicos modernos que han llevado a las diferentes crisis y las debacles financieras recientes.

Al ofrecernos un análisis profundo y detallado del camino de la economía de los tres últimos siglos, Katrine desenmascara al homo economicus de Adam Smith como un gran impostor del mercado perfecto que todo lo sabe. Más bien, que todo lo destruye, prueba Katrine, con su cinismo ególatra y su incapacidad de empatía o espíritu colaborador. Y lo que resulta ser aún más dañino, la exclusión histórica de la mujer de todo modelo económico. El homo economicus de Adam Smith es un hombre desapegado de su entorno, su comunidad y su sentido humano, más parecido a un robot que odia al mundo y que por ello lo usa para su propio beneficio.

Se me hace que Adam Smith es una especie de Dr. Frankenstein, en su intento de crear un ser a su imagen y semejanza, con su misma frialdad y desapego del mundo y de su madre, quien todos los días le preparaba la cena, una noción trastocada que Smith utilizó como punto de partida para sus teorías del comportamiento económico. Y sin embargo, no supo interpretar el valor intrínseco de esa cena, por la simple razón de haber hecho de su madre un ser invisible. De allí sus teorías que despojan a la mujer de todo papel o participación. No es de extrañar que en un mundo profundamente patriarcal las teorías político-económicas de Adam Smith en 1776 no sólo no encontraran oposición alguna, sino que fueran bienvenidas y celebradas, siendo que responden a una visión del mundo masculina al extremo y por qué no decir misógina.

Aún hoy, venimos arrastrando los mismo modelos, renovados, ampliados, adaptados en sucesión por nuevos economistas a través de las décadas. Sin embargo, hoy no pueden negar sus bases anacrónicas y fallidas. Katrine Marçal sí tiene otras propuestas, más evolucionadas e inclusivas, que responden a un modelo humano de colaboración y entendimiento profundo de nuestras necesidades dentro de la sociedad.

Nos plantea un nuevo desafío, el reemplazo total del homo economicus.

Este es un libro inspirado y visionario. Lectura obligatoria para toda mujer que desee entender su papel en este momento de grandes cambios y reivindicaciones necesarias y para todo hombre comprometido con un mundo compartido en busca de soluciones reales, saludables y justas.

Alejandra Guibert

Emily Wilding Davison

Emily Davison   11.10.1872 – 08.06.1913

Emily Wilding Davison fue activista del movimiento sufragista y luchó por conseguir el voto para la mujer en Gran Bretaña. Miembro del sindicato para mujeres WSPU fue arrestada nueve veces y se declaró en huelga de hambre por lo que sufrió alimentación forzosa. Davison era una feminista acérrima pero también una mujer cristiana que consideraba que el socialismo era una fuerza moral y política para el bien.

 

Emily nació en Roxburgh House, Greenwich Londres. Su padre Charles era un mercader retirado quien se casó a los 45 años en segundas nupcias con Margaret, con quien tuvo cuatro hijos, siendo Emily la tercera. Había tenido nueve hijos con su mujer anterior ya difunta.

Davison se crió en una familia de clase media y, luego de una preparación escolar en casa hasta los 11 años, estudio en Kensington High School y luego ganó una beca para entrar en el Royal Holloway College, Londres, para estudiar literatura. Su padre falleció en 1893 de modo que Emily debió parar sus estudios ya que su madre no podía costearlos. Al salir de Holloway, Emily fue a trabajar como institutriz con cama adentro y continuaba a estudiar por la noche. Ahorró dinero para inscribirse en St Hugh’s College, Oxford para dar sus exámenes finales, que pasó con honores, ¡aunque no llegó a graduarse porque Oxford no daba títulos a las mujeres!

Trabajó brevemente en un colegio religioso en Edgbaston entre 1895 y 1896 y luego en un colegio privado en Worthing hasta 1989 para luego ser tutora privada en una familia de Northamptonshire. En 1902 comenzó a estudiar para obtener un título de la Universidad de Londres donde se graduó con honores en 1908.

En 1906 se unió a WSPU, creado en 1903 por Emmeline Pankhurst para una militancia de confrontación con el objetivo de lograr el voto femenino. Emily fue funcionaria y jefa durante las manifestaciones de la organización. En 1909 dejó su trabajo en la enseñanza para dedicarse totalmente al sindicato.

En seguida se hizo conocer en la organización por su militancia arriesgada y sus tácticas que incluían romper ventanas, arrojar piedras e incendiar cajas de correo. En tres ocasiones se escondió por la noche en el palacio de Westminster para presentarse frente al parlamento.

En marzo de 1909 fue arrestada por primera vez durante una manifestación para acceder al primer ministro. Por ello le dieron un mes en prisión. En julio 1909, la arrestaron junto con las sufragistas Mary Leigh y Alice Paul por interrumpir una reunión publica convocada por el Canciller y de acceso prohibido a las mujeres. Le dieron dos meses. Se declaró en huelga de hambre y la liberaron a los cinco días en los que perdió casi diez kilos. Fue arrestada nuevamente en septiembre por arrojar piedras en una reunión política de protesta contra el presupuesto de ese año, solo para hombres. Una vez más hizo huelga de hambre y la liberaron a los dos días. Justificó sus actos diciendo que “la acción de los ministros del gabinete es anticonstitucional al organizar reuniones publicas en las que una gran porción de la población es excluida”.

La tercera vez que fue arrestada, el gobierno autorizó la alimentación forzosa, una práctica descrita por el historiador Gay Gullickson como “terriblemente dolorosa, y psicológicamente angustiosa y que abre la posibilidad de morir en prisión por error médico o evaluación equivocada por parte de las autoridades.”

Davison describe la experiencia “jamás olvidaré tortura tan barbárica. No puedo ni describirla”.
Para impedir que le sucediera lo mismo, Davison se atrincheró en su celda usando la cama y una banqueta, pero los oficiales rompieron la ventana y abrieron una manguera con agua sobre ella durante 15 minutos. Cuando finalmente entraron la celda estaba inundada de agua. Luego de unos días en el hospital, otra vez la forzaron a comer y la soltaron ocho días más tarde.

Davison presentó una querella por el uso de la manguera y en 1910 le otorgaron 40 chelines como compensación.

En abril de 1910 Davison entró al Palacio de Westminster con la intención de inquirir por el voto a la mujer y se escondió en el sistema de calefacción toda la noche. Fue descubierta pero no fue arrestada.

Un grupo bipartido de miembros del parlamento formaron un comité de conciliación en 1910, con el que se daría el voto a un millón de mujeres, si tenían propiedades. El WSPU ofreció una tregua. Si embargo la ley no pasó y el gobierno renegó de su promesa, por lo que una delegación de 300 mujeres llegaron con una petición ,pero la policía agresivamente les impidió el paso en lo que se llamó Viernes Negro, durante el cual mujeres fueron atacadas sexualmente. Davison no formaba parte pero al enterarse fue a romper ventanas en la oficina de la corona. La arrestaron y la sentenciaron a un mes en prisión donde una vez más se declaró en huelga de hambre y sufrió alimentación forzosa durante ocho días antes de su liberación.

Davison continuamente escribió cartas a la prensa para explicar la postura del WSPU, de las cuales 12 se publicaron en el Manchester Guardian entre 1909 y 1911. Entre 1911 y 1913 escribió casi 200 cartas a más de 50 periódicos. Algunas fueron publicadas, 26 en el Sunday Times.

En 1911, Davison fue arrestada nuevamente luego de haber incendiado un buzón de correos fuera del parlamento. Le dieron 6 meses en la prisión de Holloway y aunque no se declaró en huelga de hambre, las autoridades decidieron alimentarla por la fuerza durante una semana al considerar que su salud y su apetito se deterioraban. En junio, ella y otras sufragistas se atrincheraron en sus celdas y se declararon en huelga de hambre, por lo que tiraron abajo las puertas y las alimentaron por la fuerza. Fue entonces cuando decidió saltar de uno de los balcones de la prisión para poner fin a tal horrenda tortura.

Mas tarde escribiría: “me subí a la reja y me tiré al alambrado, a una distancia de unos 8 metros, con la idea en mi mente de que una gran tragedia podría salvar a otras. Entonces subí la escalera de metal y me tiré desde arriba a la escalera de hierro. Si hubiera tenido éxito me habría matado, ya que era una caída de unos 10 metros pero me detuvo el alambrado. De modo que me tiré hacia delante de cabeza con todas mis fuerzas.”

Aunque se fisuró dos vertebras y se hirió la cabeza, una vez más fue alimentada por la fuerza antes de que la dejaran salir diez días antes de cumplir su sentencia.

Davison escribió a The Pall Mall Gazette para explicar su intento de suicidio: “Lo hice adrede con toda mi voluntad, porque sentí que sólo con el sacrificio de una vida humana la nación se daría cuenta de la horrible tortura que sufrimos las mujeres. Si lo hubiera conseguido, estoy segura de que ya no podrían alimentar a nadie por la fuerza.” Emily fue alimentada por la fuerza 49 veces.

Como resultado de este incidente, Davison sufrió dolores por el resto de su vida. Los incendios, que no era autorizados por la WSPU, y otros de sus actos le crearon cierta desavenencia con algunos miembros de la organización.

El 4 de junio de 1913, Davison tomó en las oficinas de la WSPU dos banderas con los colores de movimiento sufragista, violeta, blanco y verde. Se encaminó a Epsom en tren para asistir al Derby y se colocó en la última curva antes de la recta final. Esperó y cuando vio que llegaba el caballo Anmer del Rey Jorge V se tiró hacia el animal que la atropelló corriendo a unos 56 km por hora. Miembros del público intentaron ayudarla y la llevaron al hospital de Epsom Cottage. La operaron a los dos días pero ya no despertó. Durante su estadía en el hospital recibió cartas de odio.

Falleció por una fractura en la base del cráneo. Entre sus efectos personales tenía las dos banderas suffragette, el pasaje de regreso a Londres, su entrada a las carreras y una entrada a un baile de sufragistas para esa tarde, junto con un diario con citas para la semana siguiente. La reina María, presente en el evento describió a Davison en su diario como “una mujer horrorosa”

Su funeral fue organizado por el sindicato el día 14 de junio de 1913. Una procesión de 5.000 suffragettes y cientos de hombres defensores de la causa además de sus defensoras acompañaron el ataúd y 50.000 personas estuvieron presentes a lo largo del recorrido por las calles de Londres.

Davison fue enterrada en el patio de la iglesia de Santa María Virgen, Morpeth en una parcela de la familia. El cementerio está cerca de Longhorsley, donde había vivido con su madre.

El epitafio sobre su tumba es el eslogan de la WSPU “Hechos, no palabras”.

 

 

¡Hoy hace 100 años!

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Cien años hace que fueron tratadas de locas, histéricas, malas mujeres; que fueron insultadas, humilladas, golpeadas, encarceladas, que no sólo no quisieron escucharlas sino que trataron de hacerlas callar, que la policía las maltrató como si fueran delincuentes.

Y sin embargo, lo consiguieron, aunque les llevó largo tiempo de luchas y sufrimiento. Lograron modificar viejos e injustos modelos de poder y con ellos la percepción popular de un derecho natural para todos. Emmeline Pankhurst fue una de ellas, Emily Davison quien entregó su vida fue otra. Valió la pena. El 6 de febrero de 1918 las mujeres británicas consiguieron el derecho al voto. Era limitado pero fue el comienzo de un largo siglo de reivindicaciones. 

Hoy se celebra en todo el Reino Unido, hombres y mujeres lo celebran y rinden homenaje a aquellas pioneras valientes a quienes la sociedad en general les debe una visión de igualdad y respeto.

 

Annie Jump Cannon

Annie Jump Cannon11.12.1863 – 13.04.1941

 

Annie Jump Cannon fue una astrónoma pionera, responsable por la clasificación de cientos de miles de estrellas.

Nació en Dover, Delaware, EEUU, la mayor de tres hermanas. Su padre fue senador y su madre Mary le enseñó a Annie las constelaciones cuando niña, usando un viejo libro de texto para identificar las estrellas desde el ático, lo que estimuló su interés por las estrellas. De niña perdió parte de la audición debido a una enfermedad.

Estudió física y astronomía en Wellesley College, donde se graduó en 1884, para estudiar astronomía en Radcliffe College durante dos años y luego trabajar en el observatorio de Harvard.

Durante más de diez años no ejerció la astronomía, hasta 1894, después de la muerte de su madre, cuando comenzó como profesora de física mientras estudiaba astronomía en el Radcliffe College.

En los comienzos, tanto Cannon como las otras mujeres en el observatorio eran criticadas por “estar fuera de lugar” y no ser amas de casa. No era común que una mujer trabajara allí a no ser siendo asistente, por lo que se les pagaba solo 25 centavos por hora para trabajar siete horas al día, seis días a la semana. Pronto Cannon se ganaría el respeto por su paciencia en el trabajo tedioso y su ayuda a otros colegas. También escribió artículos y libros que aumentaron el estatus de la astronomía. En 1933 representó a las mujeres profesionales en la Feria Internacional de Chicago.

Pionera en la ciencia, descubrió cientos de estrellas variables e inventó un sistema único de clasificación que se convirtió en la norma universal, con la que listó cientos de miles de estrellas.

En 1896, Cannon trabajó como asistente bajo E.C. Pickering, ganando 50 céntimos por hora. En su posición, Cannon formó parte de un grupo de mujeres astrónomas llamadas las “mujeres de Pickering”. El equipo incluía a Williamina P. S. Fleming, quien trabajaba para documentar y clasificar estrellas. El papel de Cannon era el de estudiar las estrellas del hemisferio sur. Al mismo tiempo descubrió que los sistemas convencionales de clasificación no eran eficientes. Conocida por su diligencia y habilidad, además de su entusiasmo y paciencia, clasificó 225.000 estrellas y su trabajo fue publicado en el Henry Draper Catalogue en nueve volúmenes entre 1881 y 1924. Bibliography of Variable Stars Comprising 60.000 Cards.

La creación del sistema de clasificación de Harvard, el primer intento serio de organizar y clasificar estrellas basado en sus temperaturas y tipos espectrales.

Pasó la mayor parte de su carrera practicamente sorda. Fue sufragista y miembro del Partido Nacional de la mujer.

En 1911, Cannon se convirtió en comisaria de las fotografías astronómicas del observatirio de Harvard. Trabajaba con una eficiencia sorprendente y logró clasificar tres estrellas por minuto. En 1920, Cannon catalogó varios cientos de miles de estrellas de magnitud 11. Descubrió 300 estrellas variables, además de 5 novae.

Cannon recibió títulos honorarios en la Universidad de Delaware, Universidad de Oglethorpe y Mount Holyoke College.

Fue la primera mujer que recibió el doctorado honorario de la Universidad de Oxford en 1925. Recibió la medalla de oro Henry Draper de la National Academy of Sciences.

Cannon también fue la primera mujer que ocupó un puesto oficial en la Sociedad Astronómica de USA. La organización entrega el premio de honor Cannon como distinción a mujeres astrónomas al comienzo de su Carrera. Cannon se retiró en 1940. Aun habiéndose retirado, Annie continuó trabajando en el observatorio hasta unas pocas semanas antes de su muerte.