Jessie White Mario

   

    jessie-white-mario.jpg  09/05/1832 – 05/03/1906 

Periodista y educadora, Jessie “el huracán”, fue la primera mujer periodista en Inglaterra y la primera mujer que intentó inscribirse en la facultad de medicina. 

Nació en Hampshire, Inglaterra. Hija de un constructor de barcos de la Isla de Wight, un hombre religioso extremamente estricto y al mismo tiempo no conformista en lo que se refiere a la educación. A diferencia de la mayoría de las joven de clase media en la Inglaterra victoriana, Jessie recibió una educación excelente, lo que la llevó a estudiar filosofía en la Sorbonne de París. Allí conoció y tuvo amistad con Emma Roberts, quien tenía una relación con Garibaldi, y terminó conociéndolo en Niza. Jessie había oído hablar de las atrocidades de las dictaduras en varias partes de la península italiana. Su encuentro con Garibaldi la estimuló a dedicarse a la unificación de Italia.

Se convirtió en propagandista de la causa italiana y trabajó con Giuseppe Mazzini. Escribió artículos en los diarios sobre la situación en Italia, dio conferencias y levantó fondos para la causa italiana en el norte de Inglaterra y Escocia.

Al regresar a Londres en 1855, Jessie se presentó para ingresar en la facultad de medicina. Se cree que fue la primera mujer que hizo la solicitud en Inglaterra. Todos sus intentos fueron rechazados debido a su género.

Cuando Mazzini fue a Génova en 1857, Jessie lo acompañó. Su llegada fue anunciada en el diario Italia del Popolo, que había venido publicando reseñas sobre sus conferencias. La recibieron con grandes honores. Jessie viajó por toda la región para distraer la atención de Mazzini, que llegó de forma clandestina para liberar a patriotas de una prisión cerca de Nápoles. La operación fracasó, pero Mazzini consiguió escapar de la policía y regresó a Londres.
Jessie y su novio, Alberto Mario, fueron capturados y encarcelados en Génova, Jessie durante cuatro meses. Se casaron en diciembre de 1857 en la casa familiar de Inglaterra. 

Jessie continuó con sus conferencias en Inglaterra y Escocia. En 1858 Jessie y Alberto fueron a Nueva York para recaudar fondos para la causa. En 1860 pasaron de Suiza a Génova para formar parte de la segunda ola de voluntarios que se unirían a Garibaldi en Sicilia para la lucha por la liberación del sur de Italia. Jessie se ocupó de curar a los heridos, que involucraba amputaciones sin anestesia.

Cuando se completó la unificación de Italia en 1870, los temas sociales no tuvieron prioridad. Por el contrario, el nuevo gobierno no reconocía la existencia de problemas sociales. Así fue que Jessie comenzó a trabajar en tres proyectos de investigación para alertar al gobierno de que debía tomar medidas para la resolución de estos problemas.
El primer trabajo de investigación fue sobre los efectos y las posibles soluciones para el pelagra, la enfermedad de las tres des: dermatitis, diarrea y demencia, causadas por falta de proteína y vitamina B3. Su investigación duró diez años y sus descubrimientos mostraron, por ejemplo, que la simple medida de tomar dos vasos de vino tinto a la semana reducía los efectos de la enfermedad.

El segundo trabajo fue en torno a las condiciones de vida de los pobres en Nápoles, que el gobierno consideraba una ciudad próspera. Jessie descubrió que un número increíble de personas vivía en espacios subterráneos debajo de la ciudad, sin sanidad, con apenas una cortina como división entre una familia y la otra. Los ciudadanos de Nápoles ignoraban esta realidad, a no ser por los dueños de estos espacios, que cobraban rentas exorbitantes. Su informe La miseria di Napoli fue publicado en 1877. 

El tercero se refería a las condiciones de trabajo en las minas de sulfuro sicilianas. Era preocupante el tema del trabajo de menores y la salud general de los mineros. Jessie hizo innumerables visitas a las minas tanto en la superficie como bajo tierra y publicó su informe Le miniere di Zolfo in Sicilia en 1894.

Jessie se ganaba la vida escribiendo. Su carrera como periodista comenzó en Inglaterra. También escribió para la prensa de EE UU e Italia, donde fue la primera periodista que investigó la realidad italiana. Escribió las biografías de Garibaldi y Mazzini, pero también se aseguró de que los héroes menos conocidos del Resurgimiento no fueran olvidados.

Jessie murió en Florencia. Se realizó una ceremonia no religiosa en su departamento, seguida de una procesión por las calles de Florencia. Sus cenizas están enterradas en el sur de Venecia, junto a las de Alberto.

Carducci, el premio Nobel de literatura de 1906 dijo: Jessie White Mario “es una gran mujer a quien todos los italianos le debemos mucho.” 

Louise Bourgeois

      

Otro rostro impresionante que incluyo por pura inspiración… el domingo en la Tate Modern, una retrospectiva de su obra que finalmente coloca a esta escultora sobre una plataforma a su altura.

  louise-bourgeois.jpg   24/12/1911 –  31/05/2010

 

Louise Bourgeois es una de las escultoras más respetadas en el mundo de hoy. En su larga carrera, aunque abarcó la mayoría de los movimientos del arte de vanguardia del siglo XX, desde el arte abstracto al realismo, Louise ha conservado su originalidad y su poderosa inventiva. 

Bourgeois explora varios temas recurrentes en su obra: la feminidad, la sexualidad y el aislamiento. Con más de 90 años continúa desafiando las convenciones. El arte de Louise Bourgeois “nace del duelo entre el individuo aislado y la conciencia compartida del grupo”. 

Louise Bourgeois nació en París. Sus padres tenían un negocio de restauración de tapicería. A los 12 años, Louise ayudaba en el trabajo dibujando los segmentos que faltaban para su tejido posterior. A los 15 años estudió matemáticas en la Sorbonne. Sus estudios de geometría contribuyeron a sus primeros dibujos cubistas. Comenzó a pintar y estudió en la École du Louvre y luego en la École des Beaux-Arts y trabajó como asistente de Fernand Léger.

Algunos hechos de su infancia marcaron a Louise Bourgeois profundamente. Su padre solía burlarse de ella. Los sentimientos de irritación y frustración por no poder reaccionar se sumaron al sentimiento de traición cuando Louise descubrió que su padre tenía un amorío con su gobernanta, que vivió en su casa durante 10 años. Para Louise fue una doble traición. No tenía cómo escapar del entorno familiar. Sentía que su familia estaba unida en el espacio familiar, pero que cada uno estaba aislado en su propio mundo. No existía la comunicación. El mundo familiar era un mundo frágil y solitario. “Yo pensé que ella me quería, pero estaba allí para acostarse con mi padre.” 

A los 26 años conoció a Robert Goldwater un profesor estadounidense de historia del arte de treinta y dos años.  Se casaron y en 1938 se mudaron a Nueva York. Louise pasó años leyendo sobre arte en la biblioteca. Participó en exposiciones como Las artes en la terapia (1943), que promovía el arte como un método de rehabilitación para los heridos de guerra.

El tema central de sus obras son las relaciones y su entorno, que Louise extrae de su infancia: su padre tiránico y adúltero, su madre que no quiso darse por enterada. Bourgeois expresa sentimientos de rabia, traición y celos de una manera burlona y punzante al mismo tiempo.

Su primera exposición en 1947 consistió de figuras en madera que representaban la familia y las relaciones. Louise juntaba madera de desecho que trabajaba para obtener figuras rígidas enhiestas. Figuras que expresaban el aislamiento, cada una con su personalidad, cruda y expuesta. En conjunto, creaban un círculo social que representaba la interacción y daba firmeza al sistema geométrico, cerrado y definitivo. Para Louise, representaba su preservación emocional. Aunque esta muestra tuvo gran éxito y el Museo de Arte Moderno compró varias obras, Bourgeois luego fue ignorada por el mercado del arte durante los años 50 y 60, a pesar de formar parte del Grupo de artistas abstractos estadounidenses como Newman, Reinhardt y también tener amistad con Kooning, Rothko y Pollock.  Fue en los años 70, luego de la muerte de su marido y de su padre, que se convirtió en una de las artistas plásticas vivas más exitosas. 

En su trayectoria de setenta años, Bourgeois ha explorado temas como la angustia, el miedo, la vulnerabilidad,  y la pérdida de control. Trabajando el bronce, el yeso, el mármol, cambió de formas rígidas y enhiestas a estructuras suaves y orgánicas.
A través de su arte, Louise ha documentado su experiencia de vida, mostrando las marcas de la lucha interna.

Louise vivía en Nueva York y trabajaba en su estudio de Brooklyn de donde casi no salía por sufrir de agorafobia. En cambio, Louise recibía a artistas y escritores todos los domingos en su casa y discutía sus obras de la misma manera directa y punzante de siempre. Louise murió a los 98 años debido a un paro cardíaco.

«Mis primeros trabajos hablan del miedo de caer. Luego se convirtió en el arte de caer. Cómo caer sin hacerte daño. Luego fue el arte de permanecer.” L.B.

 

 

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La tecnología a veces me pierde…

  

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En este caso…una pérdida irrecuperable de los valiosos comentarios dejados en ¿Para qué? desde el comienzo de Mujeres para pensar. 

Es simple: un dedo sobre una tecla equivocada en el momento inoportuno. Suficiente para borrar una página entera y fundamental de este blog junto con sus comentarios. 

Perdón a quienes hayan dejado sus opiniones sobre Mujeres para pensar…  

Queda abierta una nueva invitación a dejar comentarios… nuevamente.  

Les aseguro que queda aprendida esta lección.

Pero… conseguí recuperar algunos… que van a salir en una página de comentarios sobre el blog.

Mujeres para pensar

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Rosa Bonheur

No está entre las fotos de mis 200 rostros… La incluyo por haber visto una de sus obras en la casa Sudley, de Liverpool este fin de semana.

        rosa-bonheur.jpg  16/03/1822- 25/05/1899

En una época de marcado conservadurismo para la mujer, Rosa Bonheur se ganó la vida como artista plástica, obtuvo premios y fama, fumó en público, usó overoles y ropa de hombre (para lo que tuvo que obtener un permiso).
Su inconformismo directo fue escandaloso en París del siglo XIX, pero al haber logrado renombre e independencia financiera, forzó a muchos a reconsiderar el “papel” de la mujer como artista plástica, para quien consiguió mayor respeto.

Marie-Rosalie Bonheur nació en Bordeaux. Su padre Oscar-Raymond Bonheur era pintor académico, amigo de Francisco Goya, y le enseñó a Rosa los fundamentos de la pintura, al igual que a sus otros tres hijos, quienes también se dedicaron al arte. Su madre, que falleció cuando Rosa tenía once años, era profesora de música. La familia tenía un pequeño corral con diversos animales en su casa semi-rural en las afueras de París. Rosa tuvo la suerte de haber nacido en un hogar bastante excéntrico para la época. Su padre, como ardiente defensor del pensamiento independiente, tuvo gran influencia tanto en su vida social como artística. De él luego Rosa diría:
“A sus doctrinas le debo mi gran y gloriosa ambición para el género al que pertenezco con orgullo y cuya independencia defenderé hasta que muera.”
 

Con la exposición de su óleo “La feria de caballos” en 1853, Rosa se afirmó entre los más grandes pintores de animales del siglo XIX y fue la artista plástica más renombrada de su generación. Bonheur se destacó entre otros artistas de varias maneras. En esa época era inusual que una mujer se dedicara al arte. Pero su talento excepcional, su gran determinación y el apoyo de su familia fueron fundamentales para su realización y el éxito que alcanzó. 

Desde joven, a Bonheur le interesó el estudio de la forma animal en su pueblo natal. Durante estos años y el resto de su carrera, Rosa se vestía como hombre para ocultar su género y obtener acceso a las esferas tradicionalmente masculinas. Con el tiempo, Bonheur perfeccionó su técnica estudiando y copiando pinturas en el Louvre a los catorce años. Más tarde en su carrera, visitaba ferias de caballos y mataderos. También participaba en disecciones para conocer en mayor profundidad la anatomía animal. Su increíble minuciosidad con la forma la convirtieron en la favorita de las escuelas de arte Realista y Naturalista. Para cada obra Rosa realizaba varios bosquejos y estudios con un enfoque clásico y meticuloso.

Su obra apareció por primera vez en el Salón de París en 1841. En 1843 exhibió allí tres obras en óleo por las que recibió una medalla como tercer premio. En 1848 expuso tres esculturas con las que ganó una medalla como primer premio. A partir de allí,  continuó exponiendo su óleos y ganando honores y adquiriendo fama internacional.  Fue la primera mujer que recibió la Gran Cruz de la Legión de Honor francesa.
La esposa del emperador Napoleón III, la emperatriz Eugenia, le confirió este honor en persona. La emperatriz lo hizo para mostrar, en sus propias palabras que «el genio no tiene sexo.»

Rosa no demoró en apartarse del candelero. Compró una propiedad cerca del bosque de Fontainebleau, donde se estableció con su compañera de toda la vida, Nathalie Micas. Al morir ésta, continuó viviendo allí, con la pintora estadounidense Anna Klumpke y su colección de animales. 

Su obra se encuentra en los siguientes museos: en Francia el Museo del Louvre, París; Museo d´Orsay, París; Museo Condé, Chantilly; Museo Nacional du Château, Fontainebleau; Museo de Bellas Artes, Bordeaux. En Canadá, el Museo de Arte Crocker, Sacramento; en EE UU el Museo del Instituto de las Artes de Detroit, el Museo Young, en San Francisco; el Metropolitan Museum de Nueva York. En el Reino Unido, la National Gallery de Londres y muchos otros.                

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Charlotte Buhler

     

        charlotte-buhler.jpg    20/12/1893 – 03/02/1974

 La contribución de Charlotte Malachowski Buhler al campo de la psicología fue inmensa, sobretodo en las áreas del desarrollo de la vida útil y la psicología humanista. También contribuyó de manera profunda en la educación y los estudios de la familia, la psicología infantil, los tests psicológicos, la psicología clínica, la psicoterapia, y los valores y objetivos de vida, entre otras áreas.

No fue sólo teórica e investigadora, sino que practicó la terapia humanista. Completó su doctorado en la Universidad de Munich y a través de su trabajo obtuvo reconocimiento internacional. Su trabajo se publicó en 16 idiomas.

«Charlotte Buhler tenía un carácter dominante y a la vez era humilde y amable. Era una mujer dura y al mismo tiempo creativa y generosa. O sea, era un ser humano de una personalidad rica. Era una mujer llena de coraje, siempre activa y participante. Por lo menos tenía cuatro proyectos importantes al mismo tiempo. Siempre tuvo una profunda influencia entre los que trabajaban con ella » (Bugental, 1975/76).

 Charlotte Malachowski nació en Berlín, primogénita de Walter y Rose Malachowski. Su padre era arquitecto y su madre un músico de éxito. Sus padres apoyaron su interés por los estudios académicos. Desde joven Charlotte se cuestionó la existencia de Dios y el significado de la existencia. Consideró que la psicología podía darle alguna de estas respuestas.

Era una joven precoz. Aun en la secundaria, realizó un estudio original de Los procesos del pensamiento humano. A partir de allí, estudió psicología en las universidades de Friburgo, Kiel, Berlín y Munich, y supo de un tal Dr. Karl Buhler, cuyo trabajo sobre el pensamiento humano parecía ser similar al suyo. Estaba ansiosa por conocerlo, cuando el consejero de la Universidad de Munich murió repentinamente y el Dr. Buhler fue contratado para supervisar a sus estudiantes, entre los que se encontraba Charlotte. Karl Buhler y Charlotte Malachowski se casaron en 1916 cuando Charlotte tenía 23 años. Dos años más tarde, sólo un año después de tener a su primer hijo, Charlotte obtuvo su doctorado en psicología de la Universidad de Munich en 1918. Un año más tarde, tuvieron el segundo hijo.

Entre 1920 y 1922, Charlotte trabajó para el gobierno prusiano y el departamento de educación en las escuelas, como asistente en un proyecto sobre adolescencia y dio conferencias en Dresden. En 1923, la familia se mudó a Viena con el nombramiento de Karl como Presidente de la Universidad de Viena. Charlotte fue nombrada profesora auxiliar y sólo 6 años más tarde, en 1929, recibió el cargo de profesora adjunta.

Durante las décadas del 20 y del 30, Charlotte y su marido estuvieron al frente de uno de los departamentos de psicología más importantes del mundo. Al mismo tiempo, Charlotte viajó para hacer cursos especializados y llevar un consultorio en varias partes de Europa y EE UU.

En Viena, entre 1923 y 1938, la investigación de Charlotte se focalizó en el desarrollo psicológico a través de la infancia y la adolescencia. Trabajó en un centro de adopción con capacidad para más de 2.500 niños para estudiar el comportamiento infantil, principalmente en la mujer. Para ello usó tests de inteligencia y desarrollo, interpretación de diarios y experimentó con juego libre, y se focalizó en el desarrollo cognitivo y de la personalidad.

Recibió una beca de diez años de la Fundación  Rockefeller para continuar su trabajo de investigación en el Instituto de Viena, junto a los recursos del gobierno de Viena. Pero al cabo del tiempo fue obvio para ella que su trabajo estaba restricto a un tipo de población. En 1934 con un nuevo gobierno totalitario en Austria, los recursos se limitaron y pronto la Fundación Rockefeller también habría de retirarle el apoyo económico. Los Buhler crearon un “grupo de amigos del Instituto de Psicología de Viena” y continuaron su trabajo, aunque en los años que siguieron la dictadura fascista se volvió cada vez más opresora. La policía de seguridad allanó el centro y encarceló a cuatro miembros del personal. En 1938, Karl fue arrestado y “despedido” por razones políticas. Poco después, Charlotte fue despedida por razones raciales. Uno de sus padres era judío. Los cursos de psicología fueron reemplazados por cursos como “Raza y carácter”.

Finalmente, Karl obtuvo un puesto en EE UU y al poco tiempo Charlotte también. Diez días luego de haber partido para Minnesota, las tropas nazis invadieron Noruega. Primero, tuvo un puesto de profesora de psicología en la facultad de St. Catherine en St. Paul, Minnesota. Luego se mudó a Massachussets, donde estableció y dirigió una clínica de supervisión infantil. En 1943 volvió a Minnesota y por dos años trabajó como psicóloga clínica en el Hospital General de Minneapolis.

Aunque los cinco primeros años en EE UU fueron activos y marcaron el comienzo de una larga carrera en psicología clínica, ella sentía que no era bien recibida en el mundo académico masculino y observaba que muchos se sentían amenazados por sus logros.

En 1945 se mudaron a California, donde Charlotte continuó trabajando como psicóloga clínica en el Hospital del Condado de Los Ángeles de 1945 a 1953. También trabajó como profesora auxiliar en psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad del Sur de California. En 1953, comenzó su consultorio privado en Los Ángeles, donde le dio forma más sólida a su psicología humanista gracias a sus conocimientos teórico y sus técnicas terapéuticas. Ya en esta época disfrutaba inmensamente de su vida profesional y sus colegas en EE UU. Aunque a menudo se dice que Abraham Maslow es el padre de la psicología humanista, una reseña del trabajo de Charlotte indica que sus ideas son anteriores. Como ella misma observa: “Las primeras investigaciones que realicé en el primer departamento de psicología experimental de la universidad son precursoras de la psicología humanista, con el interés puesto en lo personal como un todo.” Sus estudios muestran que el recién nacido tiene tendencias de adaptación, creatividad y coordinación, mucho antes de que la realidad y la sociedad lo fuerzan a utilizar estos elementos de su personalidad para la vida.

En 1965 y 1966, Charlotte fue presidenta de la Asociación Americana de Psicología Humanista. Su teoría sobre los objetivos en la vida pone énfasis en un objetivo final para la realización personal, de acuerdo con los talentos del individuo. La intención es el desarrollo personal para controlar la realidad. Charlotte Buhler enfatizó la diferencia entre la psicología humanista y la Freudiana: “Freud y Adler querián explicar la mente humana usando como punto de partida la enfermedad, mientras que nosotros partimos de la mente sana.”

Al final de su carrera, Charlotte observó lo que consideró la crisis de la cultura moderna occidental. Notó la abundancia de relaciones humanas falsas e hipócritas. Los abusos en la relaciones y la autoridad, los liderazgos inadecuados, la explotación, la falta de respeto y falta de oportunidades para con el individuo. “El individuo siente soledad y fracaso personal y en las relaciones.” Comentaba que sus clientes expresaban no saber lo que querían ni en qué creían. En su opinión, la psicología humanista ofrece una guía para que el individuo consiga definir lo que considera una vida saludable plena de sentido.

Luego de una larga y productiva carrera en EE UU, regresó a Alemania en 1972, al encontrarse enferma. Quiso pasar los últimos años de su vida con su hijo, Rolf. Murió en Stuttgart donde continuó escribiendo y publicando un año antes de morir, a los ochenta años.  

“La realización personal es la consecuencia de una vida constructiva y considerada, en que incluso la adversidad y el uso creativo del potencial personal, lleva al individuo a desarrollarse de manera responsable.” Charlotte Buhler

“De joven, la pregunta que más me interesaba responder era “¿De qué se trata la vida”? Pensé que la psicología me daría la respuesta. Mi profesora de psicología me dijo una vez: “Lo que crees que es la psicología, no lo es. No te revelará nada sobre la vida. Sólo te dará información sobre las reacciones sensoriales y el aprendizaje.” Me desilusionó mucho. Pero pensé. “No lo creo así. Yo la convertiré en un estudio sobre la vida. A través de la psicología debemos descubrir cómo vivir la vida y para qué vivimos y cómo relacionarnos con los demás.” Charlotte Buhler, 1973.  

Rufus Wainwright

      

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Un nuevo romántico por el mundo y ayer en Londres… 

Para quien nunca oyó hablar de Rufus…este compositor y cantante de temas envolventes nos lleva en el vaivén de sus emociones y denuncias con la dulzura y la sensualidad de su voz y su interpretación.

Rufus se libera en el lamento de su voz hipnótica, para también liberar al espectador llevándolo por un mundo personal de una intimidad inusual. Casi como estar sentados en la sala de su casa y al mismo tiempo en presencia de una estrella que brilla por su propio talento. Por momentos parece que estuviéramos presentes en una audición para escuchar sus nuevos temas. Incluso un par de veces vuelve a repetir un pasaje que no salió bien al piano. “Voy a tocarlo otra vez”. El público no tiene reparos ante esos aderezos distintivos de cada concierto. Sabe que esa familiaridad se sostiene sobre una riqueza y complejidad armónica y estilística musical que se encadenan frase tras frase con la fusión impecable de géneros musicales bajo el sello de su propio lenguaje.  

Su trabajo es de una honestidad sorprendente en una época en que la imagen y la premeditación a favor de la imagen lo son todo para “triunfar”. El triunfo de Rufus es el talento incuestionablemente mágico en su poesía, su riqueza musical y su voz, de una sensibilidad que falta en la mayoría de las figuras de la música de hoy. 

Rufus tiene una larga gira de conciertos por toda Europa, EE UU y Asia. Quien tenga la suerte de tenerlo en su casa…no dude en reservarse un lugar.
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