Rosalía de Castro

Como homenaje a Galicia, por donde nunca paso sin que deje de tocarme…                      

                rosalia-de-castro.jpg   24/02/1837 –  15/07/1885

Se la considera, junto a Gustavo Adolfo Bécquer, como la precursora de la modernidad e iniciadora de una nueva métrica castellana.

Rosalía de Castro nace en Santiago de Compostela de María Teresa de la Cruz de Castro y Abadía y el sacerdote José Martínez Viojo. El presbítero anota en la partida de nacimiento: “…una niña que bauticé solemnemente… llamándola María Rosalía Rita, hija de padres desconocidos”.
No se tiene mucha información de su período escolar, pero comenzó a escribir desde joven, además de participar en obras teatrales del colegio. Pasa sus primeros años al cuidado de las hermanas de su padre y posteriormente, en 1842,  se traslada a Padrón para vivir con su madre. A partir de 1956 se muda a Madrid a casa de su tía María de Castro. Su primer libro, el poemario La Flor sale en el periódico La Iberia (Madrid).  Suscitará una reseña positiva del historiador galleguista Manuel Murguía, con quien se casa en octubre en Madrid. La crítica subraya su feminismo pionero. En 1859 nace su primera hija, Alejandra; y después de varios años, entre 1867 y 1880, nacen seis hijos más (la última muerta) y se produce un paréntesis en su producción literaria. La pérdida de sus hijos (todos fallecidos antes que ella), y la tendencia melancólica de su carácter sumen a Rosalía en una honda tristeza que manifiesta en muchos de sus poemas. En 1862 muere su madre en Santiago y en 1963 sale su primer libro en gallego, Cantares gallegos (Vigo) El libro tiene reminiscencias de la antigua lírica galaico-portuguesa, de origen provenzal, especialmente la popular, con innovaciones métricas y protesta contra el centralismo castellano y la vida miserable del campesino gallego que se ve forzado a emigrar. En 1864, los seminaristas de Lugo amenazan con apedrear la imprenta de Soto Freire para impedirle que publique, en su Almanaque, el cuadro de costumbres de Rosalía “El Codio” (texto que nadie conoce). En 1865 se publica “Las literatas (Cartas a Eduarda)”, un artículo sobre la condición femenina, en el Almanaque de Galicia (Lugo). Entre 1869 y 1870 escribe gran parte de su poemario Follas Novas donde ve al mundo como adversidad, y la existencia humana como dolor, con toques intimistas. Algunos críticos lo consideran el mejor de toda la poesía gallega.. A finales de 1870 reside en Madrid y conoce a Bécquer. En 1872 se publica la única segunda edición en vida: Cantares Gallegos. En 1881 comienza a salir  “Costumbres gallegas” en Los Lunes del Imparcial, que denuncia la existencia, en ciertas zonas de Galicia, de casos de “prostitución hospitalaria” e provoca duras críticas.
Entre 1882 y1883 publica un número considerable de poemas en castellano en la Ilustración Cantábrica (Madrid) y en La Nación Española (Buenos Aires) que recogerá en el libro En las orillas del Sar. Sus poemas, desprovistos de esperanza, representan un punto de partida para la lírica moderna. Rompen con las formas métricas de su tiempo y presentan imágenes religiosas inquietantes y poco tradicionales. Galicia sólo aparece episódicamente, aunque ciertas metáforas evocan realidades de su país que es preciso defender. La emoción personal ante la felicidad imposible de conseguir resume la tremenda inutilidad que implica la aspiración a la belleza sobrenatural. Algunos de sus símbolos inspirarán a Antonio Machado. Por su parte, Juan Ramón Jiménez la sitúa entre los predecesores de la revolución poética iniciada por Rubén Darío. En sus años finales la aqueja una grave enfermedad, cáncer de útero, motivo de continuas depresiones. Nunca aspiró a la fama, sino que fue su marido el que la convenció de que publicara sus obras. Murió en Padrón a los 48 años. Pidió ser enterrada en el cementerio de Adina, bajo un olivo. Años después, en 1891, sus restos fueron trasladados a la iglesia de Santo Domingo, en Santiago de Compostela.
Aunque la crítica literaria la consagra principalmente como poeta, es preciso mencionar que escribió y publicó varias novelas La hija del mar (1859), Flavio (1861), Ruinas (1866), El caballero de las botas azules (1867) y El primer loco (1881).  

“…mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula
con la eterna primavera de la vida que se apaga
y la perenne frescura de los campos y las almas,
aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan”
.
R. de C.

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