Julia de Burgos

 

 

 

julia-de-burgos.jpg  17/02/1914 – 06/07/1953

«De Burgos se adelantó a su época, al entender la relación entre la historia, el cuerpo, la política, el amor, la sumisión y el feminismo que luego sería la base para escritoras como Adrienne Rich y Sylvia Plath.” Publishers Weekly

Julia de Burgos fue una de las poetas más destacadas de Puerto Rico en la primera mitad del siglo XX. Sus orígenes pobres y su herencia africana fueron factores fundamentales para la evolución de la política revolucionaria que de Burgos defendió, como parte del movimiento de independencia de Puerto Rico. Su modo de vida poco convencional, con el divorcio de su primer marido para vivir abiertamente con su amante fue motivo de escándalo, en una época en que ese comportamiento era impensable para la mayoría de las mujeres portorriqueñas.

De Burgos era la hija mayor de una familia pobre y numerosa de 13 hijos. Al nacer Julia, su padre, que trabajaba para la Guardia Nacional y como agricultor, mudó a la familia al barrio de Santa Cruz, donde Julia pudiera tener mejores posibilidades de educación. Allí, en la escuela primaria ya Julia mostró señales de gran inteligencia. Fue gracias a donaciones de los vecinos que Julia pudo entrar en la escuela secundaria. Y así acceder, en 1931, a la Universidad de Puerto Rico en San Juan, donde dos años más tarde obtuvo el título de maestra.

Comenzó a trabajar como maestra en el pueblo de Naranjito, lejos de la Capital, donde Julia se reencontró con los problemas sociales y la pobreza que afectaron su niñez. Ya en la universidad se dedicó a la creación poética. Uno de sus primeros poemas fue el famoso «Río Grande de Loiza». Julia tuvo en esa época contacto con algunos de los poetas modernistas, como Luis Llorens Torres y los vanguardistas Luis Peles Matos y Evaristo Rivera Chebremont. Su temática vital: el feminismo, su vida alborotada y el amor, se expresa a veces con llamativa sencillez, pero profundamente sensual, erótica y desgarradora.
Su preocupación por la injusticia social y su amor por Puerto Rico, se vierten con gran emotividad en una poesía vertiginosa. Su don lírico, junto al contenido erótico y el simbolismo cósmico dan pinceladas para entender un alma agitada que a menudo se sintió perdida. En `Yo misma fui mi ruta,’ de Burgos toca el tema de las restricciones impuestas a la mujer por la sociedad que la fuerza a vivir de acuerdo con leyes y padrones éticos que ella no ha creado.

En los años 30 se unió a una protesta literaria contra el colonialismo europeo y el menosprecio de la cultura africana. El movimiento llamado Negritude, promovía la idea de que los artistas de ascendencia africana debían buscar la inspiración en su herencia africana en vez de basarse en las tradiciones y la estética europeas occidentales. En 1934, se casó con Ruben Rodríguez Beauchamp y dejó la docencia. Durante los tres años de su matrimonio, de Burgos agudizó su conciencia social al trabajar en una guardería infantil. Al mismo tiempo, escribió obras de teatro educativas y canciones para el programa de radio Escuela del Aire, creado por el Ministerio de Educación.

En 1937, el mismo año en que se divorcia de Beauchamp, de Burgos publica en forma privada, su primer volumen de poesía, Poemas exactos a mi misma. De Burgos publicó otros dos volúmenes de poesía, Poema en veinte surcos y Canción de la verdad sencilla (1939), que ganó un premio del Instituto de Literatura portorriqueña, antes de dejar Puerto Rico en 1940 para dirigirse a Nueva Cork. Allí llevó una vida muy activa, dando recitales de su poesía y charlas en diversos centros culturales, casi siempre invitada por portorriqueños allí radicados. También pasó parte del año trabajando como periodista y finalmente partió a Cuba con su nuevo amor, el Dr. Juan Isidro Jiménez Grullón. Se inscribió en un curso de postgrado en literatura y filosofía en la Universidad de la Habana y escribió para la prensa.

Al cabo de dos años regresó a Nueva York, luego de la ruptura de su relación, por lo que entró en depresión y dejó de escribir. Sin embargo, encontró el apoyo para su poesía del Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos y trabajó temporalmente como secretaria. Vivió en Nueva York hasta que conoció al poeta, Armando Marín, con quien se casó. La pareja a Washington. La mayor parte de su trabajo publicado en este período es periodístico, especialmente editoriales y entrevistas. En 1946, el Instituto de Literatura Portorriqueña le entregó otro premio por «Ser o no ser la divisa,», un artículo editorial.

Ese mismo año le diagnosticaron una cirrosis provocada por años de alcoholismo. También le encontraron un tumor en las cuerdas vocales, papiloma. Su salud mental y física se deterioró tanto que casi se volvió una reclusa a finales de los años 40. Pasó gran parte del tiempo hospitalizada y ni siquiera la publicación de una nueva colección de poesía, El mar y tú y otros poemas, pudo darle ánimos. En 1952 le extrajeron el tumor de la garganta, pero permaneció meses internada en un hospital de Nueva York. Las cartas que le escribía a su familia en Puerto Rico durante este período muestran su obsesión con la muerte. A comienzos de mayo de 1953, de Burgos salió del hospital y fue a vivir con amigos en Harlem. La última carta que su familia recibió fue del 28 de junio de 1953. En julio, de Burgos desapareció. Luego se supo que la encontraron inconciente en la calle y la llevaron al hospital de Harlem donde murió. La causa de su muerte fue una afección pulmonar. De Burgos no llevaba identificación, de modo que su cuerpo fue enterrado en un cementerio público. Un mes más tarde, la fotografía tomada por el forense llevó a su identificación.

Su marido y sus amigos del Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos consiguieron trasladar sus restos a Puerto Rico, donde recibió honores de la Sociedad de Periodistas.
Inmediatamente se hicieron varios homenajes con la presencia de prominentes figuras de las letras hispánicas y de la política por su labor poética y social. Se publicaron varias colecciones con su poesía, en 1961 y 1967. En 1987, la Universidad de Puerto Rico le otorgó el título póstumo de Doctor Honoris Causa por su contribución a la cultura de la isla.  

«En la mano del hombre se defiende la hueca
escultura de normas sobre el tiempo moldeada.»
 J.de B.

«He tenido que dar, multiplicarme,
despedazarme en órbitas complejas…
Aquí en la intimidad, conmigo misma,
¡qué sencillez me rompe la conciencia!.» J. de B.

7 comentarios en “Julia de Burgos

  1. Pingback: La gran mujer, Julia de Burgos. – ¡Mirando hacia el exito!

  2. Lucy Torres

    Maravillosa mujer, artista de las letras,amante de su patria,del amor y de la vida.Ese bello poema,Rio Grande de Loiza,es una muestra increible del talento que la distinquia, asi fueron tantos y tantos.Ella es para que nunca sea olvidada.

  3. Migdalia quintana

    que triste final para nuestra JULIA DE BURGOS, puertorriquena de pura sepa, amante de la libertad ,de su patria y del amor. Nunca fue feliz en lo personal pero vive en los corazones de los puertorriquenos y desde Carolina donde nacio se le reconoce siempre.Descance en paz.

  4. Daly Gutierrez

    Los artistas se nutren y viven de los aplausos, Julia vivira para siempre en el corazon de todo aquel que la conoce a traves de su legado. Como gota de rocio que dia a dia va hacerle compania al Rio Grande de Loiza.

  5. Daly Gutierrez

    Los aplausos son el alimento y vida del artista, Nuestra Julia vivira para siempr, cual gota de rocio que se une al Rio grande de Loiza, dia a dia.

  6. Cobert Roberto A. Reid

    Que trágico y desdichado fín para una gran poetisa y abogada de la justicia social. La llevaré siempre en la conciencia y en el corazón. ¡Una puertorriqueña de verdad!

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