Fue la primera mujer en recibir el Premio Nobel de la Paz. Ganó reconocimiento mundial como pionera en el trabajo social en EE UU, como feminista en su filosofía y como internacionalista.
Nació en Illinois en una familia de ocho hijos. Su padre fue un próspero molinero y líder político local que luego sirvió como senador y luchó en la Guerra Civil. Fue amigo de Abraham Lincoln.
A pesar de tener un defecto congénito en la columna vertebral, y tener que ser hospitalizada esporádicamente, Jane comenzó a estudiar medicina en 1881 contra la insistencia de su padre para que formara una familia, como se esperaba de las jóvenes de su clase social en esa época. Jane no tenía interés en las tareas domésticas y el cuidado de una familia. Quería algo más y su talento como líder ya era evidente. Como táctica de disuasión, su padre envió a su familia en un viaje por Europa durante un par de años. A su regreso su padre falleció, lo que provocó un estado de culpa en Jane y su salud se resintió. Finalmente, tuvo que ser operada de la columna y permaneció incapacitada de movimiento durante un año, en el que tuvo tiempo para pensar.
Una vez recuperada, decidió hacer otro viajé por Europa esta vez con su amiga Elen Starr. Su visita al centro de acción social Toynbee Hall de Londres le dio la idea de abrir un centro similar en Chicago. En 1889, junto a su amiga Starr, alquilaron una mansión en un área pobre de la ciudad y se mudaron allí para la investigación y la mejora de las condiciones en los distritos industriales de la ciudad y crear proyectos educacionales y filantrópicos. Así nació Hull-House.
Dieron charlas sobre las necesidades del barrio, levantaron fondos, y convencieron a jóvenes de familias ricas que ayudaran con el cuidado de niños y enfermos y se interesaran por los problemas de la clase trabajadora. Como creadora y líder del proyecto, Jane conseguía atraer a cientos de personas al igual que la generosidad de patrocinadores. El dinero fluía y en pocos años Hull-House recibía dos mil personas por semana. Con clases para niños por la mañana, reuniones para adolescentes por la tarde y reuniones y clases para adultos durante la noche, pronto también se abrió una galería de arte y una cocina pública. Luego el proyecto se expandió para dar lugar a una cafetería, un club para niñas, un gimnasio con piscina, un taller de arte, una escuela de música, un grupo de teatro, una biblioteca, una oficina de empleos y un museo del trabajo.
Como colega y amiga de los miembros de la Escuela de Sociología de Chicago, Jane tuvo gran influencia a través de su trabajo social aplicado y en 1893 fue coautora del libro Hull-House Maps and Papers que definía los métodos de la Escuela. Trabajó con George Mead en temas de reforma social, incluyendo la defensa de los derechos de la mujer y la erradicación del trabajo de menores.
Los trabajadores apoyaron a Jane para ejercer presión ante el estado de Illinois a que examinara las leyes de menores, los trabajadores, la mujer y la industria. Su trabajo a favor de la reforma económica en beneficio de los trabajadores le significó la crítica y la pérdida de algunas donaciones para Hull-House. Ella misma suplementó ese dinero con los ingresos que recibía de sus conferencias y artículos.
Debido a su merecida notoriedad, el trabajo de Jane adquirió mayor envergadura y otras responsabilidades. En 1905, la nombraron miembro del Consejo de Educación de Chicago y luego presidenta del Comité Administrativo de Escuelas. En 1908 participó en la fundación de la Escuela de Civismo y Filantropía de Chicago y al año siguiente se convirtió en la primera presidenta del Congreso Nacional de Organizaciones Benéficas y Correccionales.
En su área realizó investigaciones sobre obstetricia, consumo de narcóticos, suministro de leche y condiciones sanitarias. Jane sabía que para erradicar la pobreza, era necesario cambiar las leyes. Allí también dirigió sus esfuerzos, directamente a las causas de la pobreza a través de la legislación. Jane creía que la voz de la mujer también debía verse reflejada en la legislación y por lo tanto debía tener el derecho al voto. Pero también pensaba que la mujer debía generar sus aspiraciones e ir en busca de oportunidades para realizarlas.
Para lograr su propia aspiración de acabar con las guerras, en 1906 Jane dio una serie de conferencias en la Universidad de Wisconsin, que luego fueron publicadas con el título de Newer Ideals of Peace (Nuevos ideales de paz). En 1910 recibió el primer título honorario conferido a una mujer por la Universidad de Yale.
Habló en favor de la paz en 1913 durante la ceremonia de conmemoración de la construcción del Palacio para la Paz de La Haya. También se opuso a la participación de EE UU en la Primera Guerra Mundial. En 1915 aceptó el nombramiento como presidenta del Partido de Mujeres para la Paz y unos meses más tarde fue nombrada presidenta del Congreso Internacional de Mujeres de La Haya convenido por iniciativa de Aletta Jacobs, sufragista de gran talento. Cuando ese congreso luego instituyó La Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad, Jane Addams fue su presidenta hasta 1929.
Luego de oponerse públicamente a la participación de EE UU en la guerra, Addams fue atacada por la prensa, pero igualmente se entregó al trabajo como asistente de Herbert Hoover en el suministro de víveres para las mujeres y niños de las naciones enemigas, experiencia que relata en su libro Peace and Bread in Time of War (Paz y pan en tiempos de guerra) (1922).
Addams consiguió ver muchas de las cosas por las que luchó convertirse en políticas bajo la presidencia de Franklin Roosevelt.
Nunca se casó, pero vivió durante varios años con Mary Rozet Smith con quien tenía una casa en Maine. Luego de haber sufrido un ataque cardíaco en 1929, Addams nunca recuperó su salud. Incluso el mismo día en que le dieron el Premio Nobel de la Paz en 1931, fue internada en el hospital de Baltimore. Falleció tres días luego de que una operación reveló que tenía cáncer. Miles de personas asistieron a su funeral en Hull-House.
La Asociación por la Paz Jane Addams, entrega un premio anual para libros infantiles que promuevan la paz, la igualdad, el multiculturalismo y las soluciones pacíficas.
Nada puede ser peor que el miedo de haber desistido demasiado pronto, y no haber hecho un esfuerzo más que podría haber salvado al mundo. J.A.
El bien que conseguimos para nosotros mismos es precario e inseguro hasta que no lo es para todos y es incorporado en nuestra vida en común. J.A.
es reconfortante saber que en este y todos los tiempos las mujeres somos importantes, cuando ponemos mucho de nosotras mismas para impulsar cambios significativos en la vida de de quienes nos necesitan.
Es la precursora que me correspondio en clases y quede admirada, de verdad que a veces uno cree haber hecho mucho, cuando en realidad no significa nada al lado de estos maravillosos seres humanos.