Camille Claudel

                   camille-atelier.jpg    08/12/1864 – 19/10/1943

Con la elegancia gestual de sus figuras, las obras de Camille Claudel expresan sinceridad y espontaneidad. La gracia de los rostros y su mirada interrogante indagan con miedo el misterio del mundo. El naturalismo de Camille Claudel y su independencia aparecen en obras como Les Baigneuses y Les Causeuses.
Es la fuerza y la tragedia de las escenas y el control perfecto de la técnica y el detalle, junto a su originalidad, lo que le da al arte de Camille Claudel un lugar en la historia, su destino irreparablemente vinculado a su profundo padecimiento bajo la sombra de su maestro Rodin.

Hija de un escribano de hipotecas, Camille Claudel nace en Fères-in-Tardenois, una pequeña ciudad de Aisne en Francia. Desde muy joven expresa su deseo de ser escultora, con la total desaprobación de su madre, para quien el arte es una desviación de las reglas del comportamiento en sociedad. Su padre, sin embargo, la apoya y con su ayuda financiera, Camille se muda a Paris e ingresa en la Academia Colarossi, una de las pocas academias que admitían mujeres. Allí estudia inicialmente con Alfred Boucher. En 1883, pasa a estudiar con Auguste Rodin quien, impresionado con la solidez de su trabajo, la invita a trabajar en su taller en 1885, donde ella colabora en la creación de Las puertas del infierno y el monumento Los burgueses de Calais. A los 19 años, la talentosa alumna pronto se convierte en la amante de Rodin a sus 43 años, una relación que duraría 15 años. El período en que Camille trabaja en el taller de Rodin es el más productivo en la vida del escultor. Al haber dejado a su familia por el amor de Rodin, Camille trabaja con su maestro y se gana la vida con su trabajo escultórico. Produce obras tan parecidas a las de su maestro que llega un momento en que es difícil distinguir si el maestro inspira a la alumna o la alumna al maestro.

Camille Claudel pronto se encuentra con dos grandes dificultades: Por un lado, Rodin no se decide a dejar su relación con Rose Beuret, la mujer que lo apoyó en sus difíciles comienzos. Por el otro, tiene que sobrellevar los comentarios que afirman que ¡es su maestro quien ha creado sus obras! Trata de alejarse de su influencia entre 1890 y 1894 para buscar la autonomía en la creación, tanto en la elección de los temas como en su tratamiento, con obras como El vals o Dama de la casa solariega. Además de usar materiales difíciles como el mármol y el ónix, Camille mezcla materiales con la intención de distinguirse de Rodin, como dijo a su hermano al mostrarle el proyecto de Les Causeuses: “Esto ya no tiene nada que ver con Rodin.”

Luego de la ruptura final 1898, herida y desorientada, Camille ya no puede evitar contaminarse de una mezcla de amor y odio hacia Rodin, que dará lugar a una paranoia que dominará su vida desde ese momento. Entre otras obras de ese período, Camille crea Edad madura y continúa su búsqueda artística en gran soledad, a pesar del apoyo de algunos críticos y dos grandes exposiciones de éxito, en las que Camille Claudel ya no encuentra el consuelo.

A partir de 1905, sus ataques de paranoia se acentúan y multiplican. Asegura que Rodin ha escondido y retiene sus esculturas para copiarlas y concluye que el inspector de la Escuela de Arte recibe dinero de Rodin. Camille vive presa de un gran dolor físico y moral, pasando hambre sin fiarse de nadie. Al morir su padre en 1913, es internada en un manicomio. Al tiempo, cuando los médicos consideran que está lista para ser dada de alta, su hermano se niega a autorizarlo (según la ley en Francia, se necesitaba la aprobación de la familia). Camille termina consumiéndose en el manicomio por el resto de su vida.

Recientemente salieron a la luz documentos que, aunque encontrados en el sótano de un asilo de París en 1995 por Philippe Versapuech, investigador en historia psiquiátrica, no se han hecho públicos hasta resolverse la batalla legal sobre su propiedad. En ellos consta el diagnóstico de los médicos que observaron en la paciente delirios paranoicos.
Pero entre esos papeles también se encuentran cartas de la propia Camille que denuncian con inmensa lucidez la dureza de su confinamiento, su soledad y el odio creciente hacia su maestro y amante.
Camille vivió en la más extrema soledad, ya que su madre solicitó que no se le permitiera recibir visitas ni mantener correspondencia. Así, en total abandono, con la mayor parte de su obra destruida por sus propias manos, olvidada por todos, murió en el sanatorio de Montdevergues treinta años más tarde.

«No he hecho todo lo que he hecho para terminar mi vida
engrosando el número de recluidos en un sanatorio,
merecía algo más.
Necesito ver a alguna persona que sea amiga».  C.C.

camille-lesakountala.jpg
Tras apoderarse de la obra realizada
a lo largo de toda mi vida,
me obligan a cumplir los años de prisión
que tanto merecían ellos…». C.C.

Un comentario en “Camille Claudel

  1. Pingback: Camille Claudel: Abandono | Kika Fumero

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