Carlos, el Príncipe entrometido

Es el título del documental de Channel 4, un ataque directo a un futuro rey que pretende terminar con los deberes monárquicos del silencio y la aceptación del status quo. Mientras la monarquía británica continúa con el usufructo libre de impuestos de sus propiedades heredadas, junto con todos los demás privilegios de la realeza y la opulencia que los siglos no han conseguido minimizar, el Príncipe Carlos ha decidido darle alguna utilidad a su poder heredado.

prince-charles1.jpg  Con la creación del Foundation for Integrated Health que aboga, promueve e informa sobre la medicina alternativa, Carlos se ha adjudicado algunos enemigos que lo llaman de romántico, desinformado, peligroso, además de lobbista. Según los doctores que lo atacan, la medicina alternativa no responde a los métodos científicos oficiales del NHS. “Esto es peligroso”, dicen. ¿Y no es peligroso el monopolio y el control de la industria farmacéutica con su presión institucionalizada sobre la medicina oficial? Llaman al uso de medicamentos homeopáticos “placebos” cuando la homeopatía es una disciplina probadamente eficiente, incluso en casos en que la medicina “tradicional” fracasa.  

homeopathy.jpg  Tradicionales son los métodos de algunas disciplinas de la medicina “alternativa” milenaria como la acupuntura. La medicina alopática debería ser la alternativa, ya que no se ocupa de tratar las enfermedades sino sus síntomas únicamente, en su mayoría prescindiendo de curar la enfermedad. Yo diría que la medicina “tradicional” es la alternativa y la “alternativa” la tradicional. Pero ése es otro tema. 
El programa de Channel 4 aprovecha para atacar al príncipe por sus incontables propiedades y sus múltiples negocios, además de su vida extravagante y el hecho de que tiene 33 empleados que lo sirven. Me resulta casi divertido que por fin ahora que los británicos tienen un sucesor que no usa la cabeza solo para sujetar una corona, critiquen su capacidad de pensar y promover cambios muy necesarios en esta sociedad obtusa en cuanto a temas del medio ambiente y salud se refiere. 

Que el Príncipe Carlos usa aviones y trenes y gasta desorbitadamente…¿acaso su cuna real, reconocida siglo tras siglo por los gobiernos y el pueblo británico (además de los millones de libras que entran al reino por el turismo monárquico) tiene algo que ver con su participación en la sociedad como un ser pensante? ¿Por qué su vida extravagante habría de desautorizarlo? ¿En qué se diferencia el poderío y el estilo de vida que llevan los grandes magnates de Monsanto o Glaxo?
Pregunta este programa si el Príncipe Carlos vale lo que gasta. Digo que sí. Mucho más que los monarcas que se suceden uno tras otro sacudiendo la mano desde los balcones, los carros blindados, con la sonrisa congelada y la boca cerrada.
El Príncipe Carlos tiene algo que decir.
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