Oscilo entre el entusiasmo de creer en una “revolución” transformadora, en que los valores se inviertan finalmente para librarnos de las mentiras intencionales, las hipocresías habituales, los intereses creados a favor del consumismo = contra el planeta; y la percepción desesperanzada del ser humano como un ser sometido. Oscilo entre una confianza en la evolución; y la sensación profunda de un animal humano siempre dependiente de deidades que lo vuelven obtuso, egoísta, violento. No me refiero a las religiones, (que por su lado tanto reafirman la condición humana que degrada la vida) sino a los dioses creados a falta de profundidad espiritual que nos hunden.
Oscilo entre la esperanza puesta al pensamiento, la reflexión unida a la capacidad generosa del amor, la sensibilidad, la intuición…inteligencias del sentir. Inteligencias casi atrofiadas en el mundo de las deidades del presente, donde no tienen lugar por contradecir los dogmas, las leyes, los mandamientos. Oscilo entre esas esperanzas y la pesadumbre que me cae sobre los hombros todos los días con las noticias que se apoderan de la vida. Oscilo entre mi encuentro semanal con la inspiración y la admiración de tantas intuiciones y obras, y lo que a fuerza de siglos se nos impone hasta parecer moneda corriente. Oscilo. Me tambaleo de lado a lado, pero no caigo.
Muy bueno!
muy lindo sigo en la aventura de abrir tu blog