1935 –
Una de las artistas plásticas contemporáneas mejor conceptuadas y de mayor reconocimiento internacional. Paula Rego aborda el tema de la condición de la mujer en un mundo dominado por los hombres. Su producción artística está enraizada en experiencias y recuerdos personales, en fantasías y en la historia del arte y la literatura.
Paula Rego nació en Lisboa en una familia de clase media. Fue al colegio St. Julian en Estoril, donde pronto los profesores reconocieron su talento para la pintura y la incentivaron para que se dedicara a ella, aun siendo una actividad destinada a los hombres o las jóvenes de sociedad antes de casarse y tener hijos.
En 1952 Paula ingresó a la escuela Slade donde estudió arte hasta 1956. Allí conoció al pintor Victor Willing con quien se casó.
Luego de vivir en la quinta familiar en Ericeira de 1957 a 1962, y después del nacimiento de su primera hija, Paula necesita romper con el orden instituido por Salazar y la hipocresía de la moral religiosa con la que no se identifica. También expresa la violencia de Salazar y la opresión de su dictadura usando imágenes de dientes, vómitos, sangre, garras, excrementos y órganos sexuale en sus colages. En los años 60, Paula hizo varias exposiciones colectivas en Inglaterra y su primera individual en Portugal, muy bien recibida por la crítica.
Los años 70 fueron años de consolidación y cambios. Obtuvo una beca de la Fundación Calouste Gulbenkian para investigar sobre cuentos infantiles. Al mismo tiempo la empresa familiar fue a la quiebra, con lo que se pone a la venta Ericeira. Entonces se establece definitivamente en Londres con su familia. Paula deja los colages de los años 70 para entregarse a la pintura. La muerte de su padre en 1966 marca su vuelta al dibujo. Su mundo intimista de recuerdos de la infancia, inspirado en hechos reales e imaginarios, se expresa a través de figuras antropomórficas. El cambio más radical se produce con la serie La niña y el perro. La figura femenina asume el control. Hace de amiga, madre, enfermera, amante, en un juego de seducción y de dominación que continúa en obras posteriores. Su obra, influenciada por el surrealismo y el expresionismo, se desenvuelve en telas de grandes dimensiones en las que narra historias con ironía y cierta crueldad, con figuras grotescas, a menudo extraídas de cuentos de hadas. Entre otras, una pobre huérfana sujeta al abuso familiar, la desigualdad social, la crueldad del orfanato y el abuso de poder. Su vida es una lucha interminable por alcanzar la independencia material y la felicidad.
En 1987, Paula Rego firma con la galería Marlborough Fine Art, que abre una puerta definitiva a la divulgación internacional. En 1990, la National Gallery la invita a ocupar un atelier en el museo. En 1994 comienza una serie de mujeres de fuerte simbología. Las representa solas, aunque aparentemente esclavizadas a algún compañero ausente o imaginario. Con la serie Huevos de luna hace una crítica satírica al representar hombres con comportamiento de gallina, mientras las mujeres supervisan todo el proceso de las tareas cotidianas.
A través de su pintura, Paula hace una crítica directa al referendo que en Portugal justificó continuar con la criminalización del aborto. En una serie de pinturas, Paula retrata a la mujer en situación de vulnerabilidad. Paula continúa exhibiendo su pintura en Portugal, aunque pasa la mayor parte del tiempo en Londres
“Pinto para darle una cara al miedo” P.R.