Ayn Rand

 

 

Una mujer que consiguió escapar a la ley del agrado de Amelia Valcárcel…

 

     02/02/1905 – 06/03/1982

 

Una pensadora bestseller extremamente controvertida, no sólo en su época sino también en la actualidad, con una visión particular sobre el individuo, las instituciones y la sexualidad.

Una filósofa que no dejó de innovar, aunque no todos sus conceptos fueran compartidos.

 

Alisa Rosenbaum nació en San Petersburgo dentro de una familia agnóstica judía no practicante. Desde niña, Alisa, mostró un interés por la literatura y el cine que la indujo a escribir cuentos y obras de teatro. Alisa tenía 12 años cuando estalló la revolución rusa en 1917 y su vida familiar se vio afectada por el partido bolchevique, que confiscó la farmacia de su padre. La familia se refugió en Crimea para recuperarse económicamente y Alisa sólo regresó a San Petersburgo para ingresar en la Universidad de Petrograd donde estudió historia y filosofía. Luego de graduarse en 1924 ingresó en el Instituto de las Artes Cinematográficas con el interés de ser guionista. Al año siguiente le otorgaron la visa para visitar parientes en USA dónde llegó en barco en 1926 a los 21 años. Luego de una corta estadía con sus parientes en Chicago, decidió nunca regresar a la Unión Soviética y se dirigió a Hollywood para convertirse en guionista de cine.

 

Con su nuevo nombre, Ayn Rand pasó momentos difíciles en sus comienzos trabajando en diferentes cosas para cubrir sus gastos básicos. Gracias a haber tenido la oportunidad de ser recibida por el director Cecil B. DeMille obtuvo un trabajo como extra en Rey de reyes y luego como lectora de guiones. También trabajó como jefa del departamento de vestuario en los estudios RKO.  Ayn se casó con el aspirante a actor Frank O´Connor en 1929, con quien permaneció casada hasta su muerte en 1979. En 1931 Rand se naturalizó estadounidense.

 

Su primer éxito literario surgió en 1932 con la venta de un guión de cine a Universal Studios. Aunque se consideró a Dietrich para el papel principal, no era buen momento para una película en un escenario ruso y la película no se hizo. En 1934 escribió una obra de teatro que se produjo en Broadway y en 1936 publicó la novela Los que vivimos, sobre la vida en la Rusia comunista. Luego escribió Himno publicada en 1938.

 

El primer éxito profesional de envergadura fue con la novela El manantial (1943) que le llevó siete años escribir y que luego de ser rechazada por doce editoriales fue publicada con gran éxito internacional de crítica y ventas. En 60 años vendió seis millones de ejemplares y continúa vendiendo cientos de miles por año. En 1949, la novela de Rand se llevó al cine con Gary Cooper y Patricia Neal. Rand escribió el guión.

 

También su obra La rebelión de Atlas (1957) alcanzó gran éxito internacional con gran influencia sobre el público lector sobre el papel de la mente humana en la sociedad. Está ambientada en USA, donde un grupo de industriales e individuos creativos se retiran a las montañas donde establecen una economía libre e independiente. Rand incorpora allí una extensa exposición del Objetivismo, su sistema filosófico sobre la realidad objetiva que promueve verdades descubiertas, en vez de creadas y dependientes de la mente y su características sentenciosas, sino de la razón y el individualismo. En la política, Rand propone que los gobiernos deben existir apenas para la protección de los derechos del individuo, quien debe elegir sus propios valores y procurar su felicidad individual.

En 1950 Rand formó un grupo para promover su pensamiento filosófico, con lo cual recorrió el país, dando charlas en universidades, además de continuar escribiendo libros de ficción y ensayo. Varios críticos de la época acusaron al movimiento de ser una secta, por la adulación de su fundadora por parte de sus seguidores. Los objetivistas negaron este ataque, aduciendo que Rand no promovía la adulación y explícitamente condenaba la obediencia ciega.

En 1964 publicó La virtud del egoísmo. En 1973, se reunió brevemente con su hermana menor en la Unión Soviética. Aunque Rand escribió 1.200 cartas a su familia e intentó llevarlos a EEUU, dejó de escribir en 1937 cuando supo que la correspondencia desde EEUU podía poner sus vidas en peligro. Su hermana visitó EEUU pero decidió regresar a la USSR.

Rand fue operada de cáncer de pulmón en 1974, con lo que las actividades del grupo declinaron, especialmente luego de la muerte de su marido. Uno de sus últimos proyectos fue adaptar La rebelión de Atlas para la TV. También comenzó a escribir otra novela pero falleció de insuficiencia cardíaca en su casa de Nueva York.

Muchos critican su celebración del individualismo, y como resultado, su trabajo no ha tenido una fuerte influencia en la filosofía académica. Sin embargo, su obra se lee continuamente, con 25 millones de ejemplares vendidos hasta 2007.

«Sea uno un admirador o detractor de Ayn Rand, los temas que trata en sus libros llaman a la reflexión. Su trabajo incita a un nuevo debate sobre qué queremos decir con “egoísmo”, si la dicotomía entre egoísmo y altruismo debe aplicarse dentro de teorías éticas eudaemonistas y qué dicen nuestras teorías éticas sobre nuestra visión política.” Hellen Cullyer

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 comentarios en “Ayn Rand

  1. Gracias Germán por tu comentario. Mujeres para pensar pretende estimular la reflexión y hacer conocer el aporte de la mujer a la cultura. Como seguramente concordará Pablo Capanna, el silencio y la invisibilidad son otras armas del fundamentalismo (patriarcal en este caso) con las que se sigue intentando someter a la mujer, desautorizándola de su capacidad de crear pensamiento. Estés o no de acuerdo con sus contenidos…

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